Hoy quiero compartir con todos/as la
experiencia de alguien que se encuentra en el campo de batalla, de alguien que
conoce y siente la Pedagogía, David García Hernández “El bombero”, pues como bien dice él, los pedagogos/as en ocasiones
(muchas) hacen las veces de bomberos/as, tienen que ir apagando fuegos y no
solo eso, sino que para sofocarlos debe saber cuándo, dónde y por qué se
originaron. Siempre es interesante, conocer experiencias de personas que
entienden la enseñanza de forma diferente.
Dejando a un
lado, el dinamismo, energía y entusiasmo expresados por David, si algo cautivó
mi atención fue la forma en que David entiende la pedagogía, (compromiso,
responsabilidad social, entrega, dedicación…) Resulta agradable escuchar y
comprobar que existen educadores comprometidos con la EDUCACIÓN, mucha gente
dice lo mismo sin embargo; a él SÍ le creí. Su lenguaje verbal y paraverbal transmite
que es de los que de verdad cree que la sociedad somos todos/as, que realmente
cree que como profesionales y miembros de la sociedad, debemos estar atentos/as
y ver más allá, prestar atención a lo que los demás no ven por pereza, por
despiste, etc.
Las palabras
de David, nos asoman a la idea de que la profesión que hemos elegido, exige
otear más allá de las posibilidades de la escuela y de las posibilidades de las
familias, es la idea de ver la realidad mucho más allá del problema, entendiendo
que solo encontraremos la solución si somos capaces de ponernos en el lugar del
otro/a y entenderlo. Las palabras de David, invitan a reflexionar sobre la
importancia que tiene acercarnos a aquellos/as con los que tratamos e ir más
allá, escuchar de primera mano su sentir, sus impresiones, solo así se podrán
cubrir realmente sus necesidades. Así pues, el diálogo abierto, claro y sincero
se convierte en un punto clave ya que, éste constituye una excelente
herramienta llena de posibilidades, que permite al orientador/a conocer y
comprender al orientando, y así partiendo de los conocimientos de éste, poder
guiarle por el camino del saber.
La interacción
con el alumnado o colectivo a orientar es un punto nodal en la acción
orientadora. Conocer el punto de partida, es primordial para poder avanzar
hacia el conocimiento. En este sentido es requisito imprescindible el
razonamiento y la reflexión ya que, es en este proceso, (absolutamente
enriquecedor) donde se produce el aprendizaje indeleble y tendente al
crecimiento. En esta interacción, el orientador al más puro estilo socrático, a
veces, debe aceptar como verdades aquellas respuestas que luego demuestra que
desprenden consecuencias absurdas y contradictorias, ya que lo verdaderamente
importante, de lo que realmente se trata, es de conocer y comprender al
orientando, saber cuáles son sus ideas, pensamientos, etc. y emulando la
mayéutica socrática conseguir llevarles a nuestro terreno e iniciarles en el
proceso de búsqueda. No obstante, cabe destacar que tal y como expone David, la
educación no es adoctrinar, ésta debe fomentar el sentido crítico y contribuir
a que la persona construya su propio criterio, para que así pueda creer
realmente en lo que se le está enseñando tal y como sostiene Emilio Lledó, es
la idea de que los educandos no solo sean capaces de decir lo que piensan, sino
que logren pensar lo que dicen.
Evidentemente
lo que aquí se expone, precisa de algo muy importante “tiempo” éste ha de ser
valorado por su calidad no por su cantidad, no hay mejor regalo para un/a
adolescente con problemas/dificultades que el tiempo, tiempo de escucha, de
reflexión, de diálogo, etc.
Asimismo, David
también insiste en que no se debe perder de vista que la escuela (la pedagogía
de hoy), debe formar a los niños/as de hoy, para ser críticos, que sean
ciudadanos del presente para así elaborar el futuro.
Para finalizar
me gustaría rescatar una de las metáforas utilizadas por este “bombero
educativo” que estoy segura nunca voy a olvidar:
“cuando vayáis a pescar llevad lo que les
gusta a los peces”
Estimados/as
educadores/as me despido invitándoles a no olvidar que para poder conectar, es
preciso conocer qué se mueve en ese contexto, solo así se podrá trabajar “bien”
por el beneficio de los orientados/as, no vale interpretar, no vale dar por
supuesto, hay que llegar al fondo de la cuestión, “hay que poner la oreja”…
Saludos a tod@s y hasta muy prontito.