Hola a
tod@s: hace tan solo unos días en una
entrada que llevaba por título ¿Calificarías de innovadora la nueva ley de educación que pretende implementar el PP? compartía con ustedes mi opinión
acerca de dicha reforma. Pues bien, en esta ocasión les quiero presentar de la
mano de sus protagonistas un poco de historia escolar. Les invito a conocer de primera mano, cómo
era la educación antaño y no solo eso; sino que
además les propongo un juego, éste lleva por título, busca las siete semejanzas (muy fáciles de
encontrar) o las “siete diferencias” (si es que puedes), entre la educación de
nuestros abuelos y la Ley Wert. Así pues, les invito a llevar a cabo esta comparativa
tomando como referencia el valioso
testimonio aportado por Dña. Antonia Hernández Abreu y Don
Miguel Montesdeoca Montesdeoca, ambos nacidos en Las Islas Canarias ella el 05
de julio de 1934 en Santa Cruz de
Tenerife; él en Gran Canaria un 20 de julio de 1935 hechos que no impidieron
que esta pareja de septuagenarios haya compartido más de medio siglo de vida
juntos.
En la imagen:
Antonia Hernández Abreu, ama de casa y Miguel Montesdeoca Montesdeoca Ingeniero
Agrónomo, profesor retirado de La Universidad de La Laguna.
La imagen que
ilustra este post pertenece a Laritza Rodríguez
Fotografía tomada
por: Joaquín Ponce de León
|
Es
sábado 4 de mayo de 2013, nos encontramos en un café de la zona centro de Santa
Cruz, no hay más que mirar a los ojos de ambos para ver el reflejo de una vida
plena, en la que impera el sosiego.
Comenzamos la entrevista preguntándole a Dña.
Tony, como la conocen los más allegados, sobre los recuerdos que conserva de su paso por la
escuela, en su semblante se dibuja una sonrisa y los recuerdos que invaden su
cabeza fluyen a borbotones de sus labios.
Nos cuenta que estudió en el Colegio Asunción. Dicho centro educativo era
completamente confesional, las religiosas de esta congregación se establecieron
en Tenerife en el año 1903, el colegio tuvo su cuna en el número diecisiete de
la calle Santa Rosalía, posteriormente, tras la adquisición la finca de la
familia Beautell se traslada al que conocemos hoy como parque Viera y Clavijo.
El colegio de la Asunción pone fin a su misión en septiembre de 1978, aún hoy,
podemos contemplar la capilla de la antigua escuela en este enclave
santacrucero[1].
La enseñanza era segregada por sexos, en este
caso, como hemos podido intuir era una institución exclusivamente para niñas,
donde la disciplina, junto a los buenos modales ocupaba un lugar estelar, tanto
es así que aquellas niñas que hablaban en clase sin la autorización de la
maestra, se les asignaba un castigo que tendrían que cumplir el domingo; ni siquiera este día estaban exentas de ir a clase; eso
sí la jornada se reducía a la mañana, contrariamente al resto de la semana en
la cual el horario era más amplio, de 08.30 a 13.00 y de 15.00 a 19.00, sábados
incluidos .